Y de repente...

... padrino de la preciosa Ava Khriz Antonella

 

Ava Khriz Antonella es una niña que vino a este mundo el pasado 31 de Julio con un peso de 3.249 kilogramos.

La Providencia te pone en el camino a gente buena. En el poco tiempo que conozco a Julio, tengo la sensación de conocerlo toda la vida. Es una persona sencilla, fiel, siempre con una sonrisa que te muestra el alma que acompaña a esa persona.

Julio y su esposita, como él le gusta llamarla y de nombre Julisa, junto a otra hijita que ya tienen, Mía, una niña preciosa y que, a su corta edad, ya tiene una historia a sus espaldas, y ahora la hermosa Antonella, forman una hermosa familia en la que seguro serán muy felices.

A mediado del pasado mes, en una de las chambitas que Julio hacía en casa, estaba también Julisa, y le pregunté para cuándo esperaban a la criatura (porque Julio no quería conocer el sexo de su bebé, así que había que hablar de esa forma); ella me respondió que todo estaba programado para el 10 de Agosto… y yo pensé que sería cuando la bebé quisiera (yo si conocía el sexo, fue un regalo que me hizo el padre). Y así fue.

El domingo 30 Antonella dijo que ya era hora, y en la madrugada se fueron al hospital. Por problemas que ahora no importan demasiado, había que hacer cesárea, pero en la sanidad de esta región, el paciente debe pagar todo, desde la tirita que te ponen en una herida hasta los análisis que puedas necesitar; y en el hospital comarcal de Contamana no tienen de nada, como ya dije en otro escrito (Vivir es todo un reto), no tenían una aguja raquídea que debía inyectar la anestesia… lo que en España se conoce como la epidural. Pues esa aguja no la tenían, y el futuro padre tuvo que salir y recorrer varias boticas, que aquí son muchas, para encontrarla. Una vez conseguida esa aguja y algunas ampollas para el dolor (que tampoco tenían en el hospital) ahora tocaba esperar al anestesiólogo, que no estaba en el hospital, sino en su casa.

Bueno, a eso de las 9 de la mañana del lunes, está todo preparado, y unas horas después, recibo la gran noticia de Julio, que me mostraba con una cara entre emoción, alegría y susto a su hermosa hija, y que por ser el segundo en “verla, aunque sea por foto” me convertía en su padrino. Por su puesto que acepté esa responsabilidad con alegría.

Afortunadamente me ha tocado vivir muy de cerca los últimos momentos del embarazo de Julisa y a medida que pasaba el tiempo, dos meses escasos, he ido descubriendo una forma de afrontar la vida muy distinta de dónde vengo.

Allá, por mi tierra, una pareja planea su futuro a largo plazo, y los hijos, por lo general, aparecen al final de esos planes, si es que aparecen. Julio y Julisa, por el contrario, nada de eso. Los hijos son una verdadera bendición de Dios y así lo han creído; y Antonella ha llegado a este mundo con lo puesto.

Julio no tiene un trabajo fijo, hace “chambitas” (pequeños trabajos que pueden entenderse como “chapuzas”). Es una persona que es capaz de solucionarte cualquier problema, dispuesto siempre a ayudar de la mejor manera, con una humildad que he visto en muy pocas personas por estas tierras, y eso lo hace grande, como a su esposita. Y seguro que a esa nueva criatura no le va a faltar de nada.

Quiero compartir unas palabras que esta hermosa pareja ha querido añadir a este escrito… son palabras de Julio: “Esta es la vida de Julio y su esposita, pero no siempre fue así. Ambos fueron marcados por un pasado muy triste producto del maltrato, del abuso y del abandono. Sin Jesucristo en sus vidas solo les esperaba un futuro lleno de sufrimiento. ¡Bendito es el día en que Jesucristo se les reveló a sus vidas tocando sus corazones a través del evangelio un 29 de mayo del 2022 y desde entonces Dios lo único que nos ha brindado es BIEN! Nos ha bendecido con un lindo matrimonio y dos hermosas niñas, Mía y Antonella y a un buen compañero a quien yo no lo busqué pero que Dios me lo presentó es, mi hermano, mi amigo y es Mi COMPADRE! MIGUEL. Jesucristo ha cambiado sus vidas. Restauró su hogar y cambio el rumbo de sus historias. ¡¡CRISTO VIVE!!”

Yo me he encontrado con el regalo de ser padrino de Ava Khriz Antonella. Aquí no sé en qué consiste esa labor, pero seguro que me traerá muchas alegrías que ya estoy deseando vivir y poder contar por estos medios, siempre y cuando los felices padres me lo permitan.

Desde ayer, que tuve la suerte de conocer a mi “ahijada”, no dejo de darle vueltas en cómo agradecer tanto bien recibido; y estoy convencido que la mejor manera es agradecer a Dios por todos estos detalles, por todas estas personas, que va poniendo en mi caminar por estas tierras.

Julio, su mujer y yo, creemos en un mismo Dios, aunque caminamos por senderos distintos. Ellos son evangelistas. Y esto me hace caer en la cuenta de lo fácil que sería para todo el mundo si nos fijáramos más en lo que nos une que en aquello que nos separa.

Sólo me queda acabar copiando al que me enseñó como relacionarme con ese Dios de bondad, el hermano Francisco de Asís…


Loado seas mi Señor por la vida.

Loados seas mi Señor por Julio, Julisa y la hermosa Mía

 que has puesto en mi camino,

Loado seas mi Señor por Ava Khriz Antonella, mi ahijada;

te pido que la protejas con tus brazos de Padre;

bendícela, y que crezca sintiendo el amor que Tú,

Padre bueno, vas derramando sobre ella por medio de sus padres.

 


Gracias Señor por este nuevo tiempo, por este nuevo regalo, por este nuevo proyecto…



















Comentarios

  1. Amén. Me alegro mucho por ti amigo Miguel. No ha podido elegir al mejor padrino para la pequeña y bella Antonella. Que Dios bendiga a toda la familia.Besos y cuidate amigo.

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  2. Ya irás aprendiendo lo que significa ser padrino. Leo tus escritos con mucho gusto. En este caso, casi me he emocionado. Un abrazo fuerte, desde Toledo. Me sigo acordando con cariño de Albacete.

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  3. Que dicha tenerte en estás tierras y cuánto por aprender de tí hermano.

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