Cuando un amigo se va...
Loado seas Señor, por encontrarme con “Juan, un fraile” Primer encuentro… con “Juan, un fraile” . Aún recuerdo el día en el que le conocí, el día que conocí a Juan. Yo era novicio en Santo Espíritu del Monte en Gilet (ahora muy conocido por los vídeos de Fray Ángel Ramón). Como cada sábado, estábamos haciendo la limpieza del Convento. Esa semana me tocaba limpiar el claustro, cerca de la puerta de entrada al convento y llamaron. Al abrir, vi a un hombre delgado, con gafas, con barba de días, con una mirada limpia, y una media sonrisa como tarjeta de visita… “Soy Juan, un fraile…” Le creí, y le hice pasar… Lo vi caminar desde la portería hasta la puerta que da acceso a las celdas de los frailes, tuve el presentimiento de que aquel hombre tenía algo diferente, especial… no sé, pero tenía algo. Segundo encuentro… con un Obispo misionero. Curiosamente la escena se repitió unos años más tarde, en el mismo Convento. Yo había ido a pasar unos días de retiro recordando los